El viaje de Sam Altman a OpenAI cinco días después de su llegada viene acompañado de una purga de la junta directiva. En el máximo órgano de decisión de la compañía ahora hay tres personas, frente a las que había antes. Los tres asesores que ahora son sus hombres, y uno de ellos es el exsecretario del tesorero Larry Summers, quien dijo en 2005 que las diferencias innatas entre los sexos se explicaban por el hecho de que había menos mujeres con carreras apasionantes en carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, en sus siglas inglesas).
Algunas mujeres que intentaron cubrir las tres vacantes, como la investigadora de inteligencia artificial Timnit Gebru, solicitaron unirse a la empresa. “La idea me parece repulsiva. Ya no veo mi vista en Google que me dirige a OpenAI”, ha dicho uno cableado. Gebru fue despedido en 2020 de Google, donde codirigió el equipo de IA de Etica, poco después de denunciar que los grandes modelos de lenguaje de quienes trabajan en la empresa son tremendamente abusados y perjudiciales para los menores.
Antes de la Vuelta de Altman, los cofundadores de OpenAI, Greg Brockman e Ilya Sutskever, fueron enviados como asesores conjuntos del director ejecutivo de Quora, Adam D’Angelo; Helen Toner, investigadora de seguridad de IA; y Tasha McCauley, ingeniera en robótica que dirige una startup de mapeado 3D. De esos seis, solo queda D’Angelo.
En un primer momento, con sólo anunciar el despecho de Altman, la junta nombró asesora delegada a Mira Murati, por tanto directora de tecnología de la empresa. Su último momento: a los dos días fue seleccionado por Emmett Shear, exconsejero delegado de Twitch, como el nuevo Timonel de OpenAI. El cargamento tardó mucho en llegar a Shear: los martillos, cinco días después de su despido, pasaron a conocimiento de Altman.
Los envíos directos de OpenAI pretenden estar dominados por los hombres. Por Margaret O’Mara, profesora de historia de la Universidad de Washington y autora de El Código: Silicon Valley y la reconstrucción de Estados Unidos, el nuevo asesor de OpenAI refleja la estructura de poder de Silicon Valley. “Lo que esto pone de alivio es que, para empezar, no hay suficientes mujeres en la mezcla”, dice uno cableado. “La IA tiene un gran desequilibrio de género”, según la publicación oficial de la investigadora de ética de IA de HuggingFace, Sasha Luccioni. “No hay tierra para las mujeres”.
OpenAI ofrece ampliar su resumen brevemente. Según Bloomberg, barajó la opción de incorporar a la filial Laurene Powell Jobs, la asesora adjunta de Yahoo Marissa Mayer y la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, pero al final no fueron seleccionadas.
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