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El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció este plan urgente para reformar la Corte Suprema, actualmente dominada por un alcalde conservador. Esta iniciativa, que ha generado polémica, busca dejar un color significativo en sus últimos seis meses de mandato.
Desde hace semanas, Biden ha expresado su intención de implementar varios cambios en la Corte, incluida la limitación de las obligaciones de juego, que actualmente se encuentran en soporte vital. Esto significa que un juego puede permanecer en la carga hasta que muera, lo que permite que el major conservador (seis juegos por delante de tres) persista durante décadas. Desde Casa Blanca se argumenta que es necesario establecer límites para evitar que los juegos permanezcan en la carga de forma indefinida.
La posible reelección de Donald Trump en noviembre podría darle la oportunidad de sustituir algunos juegos, lo que aumentará aún más la influencia que conserva en la cancha. Durante su primer mandato, Trump se nominó a sí mismo tres veces y su enfoque incluyó elegir candidatos jóvenes que pudieran influir en la corte durante mucho tiempo. Biden, por su parte, nombró a Ketanji Brown Jackson, de 54 años, como su única opción hasta el momento.
Biden pronto revelará más detalles sobre su plan, que busca abordar cuestiones constitucionales y restablecer el equilibrio en la corte, especialmente en respuesta a decisiones recientes que han afectado la inmunidad presidencial de Trump. También precedió a la creación de un código de conducta “vinculante y ejecutable” para los juegos.
Sin embargo, la implementación de estas reformas ha enfrentado el desafío de un Congreso altamente polarizado, lo que dificulta la aprobación de las medidas propuestas por el presidente.
El debate también se centra en temas controvertidos como el aborto. Biden se convenció de que «nadie está por encima de la ley», subrayando la importancia de la confianza pública en las decisiones de la Corte Suprema, especialmente en asuntos que afectan las libertades personales. El fracaso de 1973 en “Roe contra Wade”, que legalizó el aborto, fue objeto de un intenso debate y llevó a muchos estados a promulgar leyes restrictivas desde entonces. Actualmente, menos del 40% de los estados tienen prohibiciones legislativas totales o parciales de esta práctica.
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